Conversatorio con Javier Saldarriaga Cadavid
Autor de «Lomos de sábalo y otros relatos» - el retorno del antihéroe.
Moderadora: Andrea Restrepo
Viernes 30 de octubre 2020 @ 8:30 pm
(Hora Ottawa, Canadá)
Autor de «Lomos de sábalo y otros relatos» - el retorno del antihéroe.
Moderadora: Andrea Restrepo
Viernes 30 de octubre 2020 @ 8:30 pm
(Hora Ottawa, Canadá)
Javier Saldarriaga Cadavid
(Medellín, Colombia)
Abogado de la Universidad de Medellín. Miembro del taller de escritores de la Biblioteca Pública Piloto de la ciudad, fundado por el escritor Manuel Mejía Vallejo y dirigido por el escritor antioqueño Jairo Morales Henao. En la actualidad se dedica a la escritura literaria y audiovisual y es profesor universitario de cátedras literarias y jurídicas, director de talleres literarios, crítico de difusión cultural y literaria, y editor de textos creativos. Su cuento “Carmen” fue publicado en el libro “Antología del taller de escritores” de la Biblioteca Pública Piloto, con motivo de la conmemoración de los cincuenta años de la misma, y premiado en 2003 con el primer lugar en el Concurso Internacional de Cuento La Cultura, de Buenos Aires, Argentina, bajo el título “Por respeto a lo que fue”. Su relato “Agujas de pino” fue seleccionado en la compilación digital “Literatura antioqueña clásica y contemporánea” dentro del programa de “Recuperación de la Memoria Cultural” promovido por la Fundación Viztaz, con el auspicio de la Gobernación de Antioquia y del Instituto para el Desarrollo de Antioquia “IDEA”. En 2008 ganó el Premio Nacional de Cultura convocado por la Universidad de Antioquia, con su obra “Lomos de sábalo y otros relatos”, publicada en 2009 por la editorial de la misma universidad.
Instagram: @papelcontinta
Facebook: www.facebook.com/javier.saldarriaga.3950
Sitio web: www.papelcontinta.com
(Medellín, Colombia)
Abogado de la Universidad de Medellín. Miembro del taller de escritores de la Biblioteca Pública Piloto de la ciudad, fundado por el escritor Manuel Mejía Vallejo y dirigido por el escritor antioqueño Jairo Morales Henao. En la actualidad se dedica a la escritura literaria y audiovisual y es profesor universitario de cátedras literarias y jurídicas, director de talleres literarios, crítico de difusión cultural y literaria, y editor de textos creativos. Su cuento “Carmen” fue publicado en el libro “Antología del taller de escritores” de la Biblioteca Pública Piloto, con motivo de la conmemoración de los cincuenta años de la misma, y premiado en 2003 con el primer lugar en el Concurso Internacional de Cuento La Cultura, de Buenos Aires, Argentina, bajo el título “Por respeto a lo que fue”. Su relato “Agujas de pino” fue seleccionado en la compilación digital “Literatura antioqueña clásica y contemporánea” dentro del programa de “Recuperación de la Memoria Cultural” promovido por la Fundación Viztaz, con el auspicio de la Gobernación de Antioquia y del Instituto para el Desarrollo de Antioquia “IDEA”. En 2008 ganó el Premio Nacional de Cultura convocado por la Universidad de Antioquia, con su obra “Lomos de sábalo y otros relatos”, publicada en 2009 por la editorial de la misma universidad.
Instagram: @papelcontinta
Facebook: www.facebook.com/javier.saldarriaga.3950
Sitio web: www.papelcontinta.com
Comentarios a la obra en diferentes medios periodísticos de Colombia:
Acta del jurado.
Medellín, Colombia, 12 de septiembre de 2008.
«A juicio unánime del jurado «Lomos de sábalo y otros relatos» es un conjunto armónico de cuentos, donde el escritor demuestra gran manejo de recursos técnicos y estilísticos […]. Su poética es percibida por el lector como unitaria y pertinente, sin detrimento de la complejidad de las tramas. Los cuentos evidencian sólidos criterios narrativos y cada elemento se constituye en indicio de las historias respectivas. El autor exhibe un lenguaje admirable y un conocimiento profundo de las temáticas trabajadas, sin los excesos de la erudición.»
Del acta del jurado del Premio Nacional de Cultura, integrado por los escritores Enrique Serrano López, Pedro Badrán Padauí y Guillermo Bustamante Zamudio con la coordinación del escritor Pablo José Montoya.
La leyenda de Samuel Lugano.
Por Jairo Morales Henao.
Lanzamiento del libro «Lomos de sábalo y otros relatos»
Paraninfo de la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.
19 de mayo de 2009.
Diez historias que reactualizan, con un convincente carácter individual, y desigual amplitud y profundidad, experiencias universales de la condición humana, en la que ésta explora algunos de sus límites, y asiste a la revelación de su naturaleza compleja y contradictoria, sello de un texto narrativo.
Por eso el lector acepta que el mismo hombre, en edades o ámbitos diferentes, que se lanza al agua para enfrentar una tintorera, o que herido por los matones que acaban de disparar sobre un antiguo amigo, en el interior de un edificio citadino, se arriesga a ir en su ayuda, o que con tenacidad excepcional de muchacho se aplica a pescar un sábalo de cien libras, o en otro puesto, sea inmovilizado en un aeropuerto por algo tan primitivo y aparentemente elemental como el miedo al viaje, no al avión, entiéndase bien, sino al viaje, a lo que éste conlleve en potencia como modelo edificador de su vida, un temor a lo desconocido que sin… conlleva en “Un lugar que conocimos” a adentrarse en una forma de vida que una parte suya desea como nada, pero no lo suficientemente. Una sensibilidad de vida que explica también sus indecisiones en otros campos de sus experiencias, ese no arriesgar, ese quedarse de este lado de lo que pudo ser en “No te vayas antes de decirte algo” o “Verde pálido”, ese reconocerse con el otro en el gozo profundo de un dolor idéntico en “Mantis”, y también … la… presencia de los muertos, a veces tan de este lado de la vida, tal vez porque como Durrel en el último volúmen de “El Cuarteto de Alejandría”: Sí. Los muertos están en todas partes. No se los puede eludir tan fácilmente. En cada uno de los rincones de nuestras vidas secretas sentimos la triste y ciega pasión de sus dedos desplomados, pidiendo que se les conceda un recuerdo
Unos relatos, pues, por fuera de los circuitos temáticos de las modas literarias de actualidad, del sensacionalismo que vende, de los escándalos, en una palabra, de la ambición amarillista. Narraciones estas de “Lomos de sábalo”, ancladas en los llamados universales del hombre, apreciación que vale también para su escritura, para su técnica y estilo. Al lector se le ahorraron las vacilaciones, torpezas y errores del aprendizaje, los lugares comunes, por ejemplo, de los que no se encuentra ni uno en este primer libro de Javier Saldarriaga, cosa que no se puede decir entre nosotros de toda publicación literaria incluyendo en esta apreciación, libros premiados. También en este aspecto, el autor miró lejos, en dirección a amplias corrientes narrativas decantadas en las obras de muchos autores durante décadas de oficio, ignorando las tentaciones de la copia indecente, de la chabacanería facilista (...)
nos importa reconocer que nos encontramos en este libro ante un estilo definido, ante un lenguaje de escritor que hace más que dominar con solvencia la opción por la que se ha decidido. Una escritura castigada lo que no equivale a decir pobre, o simplista, uncida sí a la aventura que cuenta y al lugar donde ello ocurre, sin espacios pobres sin regodeos sobrantes, y de tal manera que su precisión descriptiva se traduce en una percepción cabal del mundo nombrado que viene al mundo ante el lector como un cuerpo de las aguas o las sombras, pletórico de datos, sin que se lesionen la estabilidad y el orden que caracterizan esta prosa, sobriedad en la que se incuba por ello mismo resuena tanto en la metáfora.
Una prosa, en fin, que sabe también obtener tanto provecho expresivo de lo dicho como de lo omitido, de lo desplegado con minuciosidad como de lo apenas sugerido o francamente confiado a la sombra, donde merecen tanto las palabras que se dicen los personajes como lo que estos se retienen y recuerdan aquellas que prefieren
La leyenda de Samuel Lugano ha avanzado hacia nosotros desde la sombra de años donde estuvo elaborándose paciente y tercamente, para beneficio suyo, de los lectores y de nuestra literatura, que tiene en este libro una novedad (...) sólida.
Sobre "Lomos de sábalo y otros relatos" por Jairo Morales Henao, escritor.
LOMOS DE SÁBALO.
Por Esteban Carlos Mejía.
Diario «El espectador», Bogotá, Colombia.
6 de mayo de 2011
«“Acabo de leer un libro memorable”, dice. “Se llama Lomos de sábalo, de Javier Saldarriaga” (...) “Ganó el IV Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia, 2008. Ciento catorce páginas y diez cuentos, todos alrededor de Samuel Lugano, un personaje de bordes imprecisos, algo extemporáneo, rudo y tierno a la vez”. (...) “No es ambiguo por impericia de su creador”, me explica. (...) “Es una creación genuina, hecha con destreza”».
«“Cada cuento narra una circunstancia vital de Lugano. El que da título al libro es una aventura de pesca, que recuerda las de Nick Adams en In our time, de Hemingway. Sombras en el pasillo, por su parte, es un tácito homenaje a The killers. Por un minuto nada más revive con entrañable sutileza los estragos del suicidio de su padre. En Verde pálido, el deseo se enmascara detrás de una charla literaria. Y todo dicho sin ser dicho, velado, insinuado para que el lector concluya la tarea a su manera y sin esfuerzo”»-
«y Javier Saldarriaga, con sus “sábalos”, le están dando una vuelta de tuerca a la literatura antioqueña”. (...) “Despreocupados de los tejemanejes del marketing literario, están haciendo su obra con talento y oficio, con pasión y método” (...) “Yo te digo: a mi juicio, Javier Saldarriaga entró ya a la galería de los mejores cuentistas colombianos contemporáneos (...) No me jodan la vida: el que es bonito es bonito.»
Sobre "Lomos de sábalo y otros relatos" por Esteban Carlos Mejía, escritor.
Javier Saldarriaga Cadavid.
Por José Guillermo Ánjel Rendó.
Diario «El colombiano», Medellín, Colombia.
17 de octubre de 2009
(...) por sus metáforas y las situaciones que usted relata, que se alejan de la pornomiseria tan propia (y reiterativa) de la literatura colombiana actual. O no de la literatura sino de la escritura con rabia que promocionan las grandes editoriales, interesadas en vender morbo-papel y pensamiento light. Pero allá ellas, que con razón (en los últimos años no han encontrado un gran escritor) cada vez se desacreditan más. Así que vuelvo a su libro, querido amigo, que habla de las situaciones de la clase media, de los pequeños impactos, del mar, de los peces, de las fincas, de los centros comerciales y los que se reúnen a conversar mientras suenan canciones y se recuerdan películas. Porque la vida corre con lo simple, con los amores y desamores, con gente que se mira y habla sin mentir.
La literatura cuenta lo que pudo haber pasado y se hace preguntas en torno a lo que sucede, superando así a la anécdota (propia de otros géneros de escritura, las crónicas, por ejemplo) e ingresando en el mundo de la filosofía o al menos en el de la reflexión profunda. Y donde suceden más posibilidades de acontecimientos y preguntas es en la clase media que, como no está metida en líos severos ni elabora esquizofrenias complejas, vive de manera más lenta y, por eso, tiene más espacios narrativos. En este punto, su literatura, Javier, tiene muchos aciertos. A usted le interesan la pesca, las vacaciones, las salidas en la noche, la convivencia con otras personas, los celulares, las estanterías, los trabajadores, los profesionales, los técnicos, los soñadores, los utopistas, los que preparan cocteles, etc.
¿Qué hacen las personas jóvenes cuando están fuera de casa? ¿Cómo se da el proceso de ingreso a la edad madura? ¿Cuáles son las aventuras cotidianas sin necesidad de disparos y abuso de drogas? ¿Qué debe saber un hombre para que su vida no sea una rutina? ¿Sigue existiendo la naturaleza como espacio para sentirse vivo? ¿Es el amor una certidumbre? A estas preguntas les tiene usted una respuesta escrita en una prosa que se desenvuelve sin palabrería. Va directo al punto y, a veces con cierta ironía, coloca al lector en una especie de película que lo narra situándolo en la clase media, esa a la que pertenecemos tantos y en la que somos negados literariamente. Quizás nos tienen miedo porque (prácticamente) nos auto-gobernamos y nos apegamos a un pasado con principios, algunos valores conservadores y la posibilidad de irnos sin ser notados.
Sobre "Lomos de sábalo y otros relatos" por José Guillermo Ánjel Rendó, escritor.
Acta del jurado.
Medellín, Colombia, 12 de septiembre de 2008.
«A juicio unánime del jurado «Lomos de sábalo y otros relatos» es un conjunto armónico de cuentos, donde el escritor demuestra gran manejo de recursos técnicos y estilísticos […]. Su poética es percibida por el lector como unitaria y pertinente, sin detrimento de la complejidad de las tramas. Los cuentos evidencian sólidos criterios narrativos y cada elemento se constituye en indicio de las historias respectivas. El autor exhibe un lenguaje admirable y un conocimiento profundo de las temáticas trabajadas, sin los excesos de la erudición.»
Del acta del jurado del Premio Nacional de Cultura, integrado por los escritores Enrique Serrano López, Pedro Badrán Padauí y Guillermo Bustamante Zamudio con la coordinación del escritor Pablo José Montoya.
La leyenda de Samuel Lugano.
Por Jairo Morales Henao.
Lanzamiento del libro «Lomos de sábalo y otros relatos»
Paraninfo de la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.
19 de mayo de 2009.
Diez historias que reactualizan, con un convincente carácter individual, y desigual amplitud y profundidad, experiencias universales de la condición humana, en la que ésta explora algunos de sus límites, y asiste a la revelación de su naturaleza compleja y contradictoria, sello de un texto narrativo.
Por eso el lector acepta que el mismo hombre, en edades o ámbitos diferentes, que se lanza al agua para enfrentar una tintorera, o que herido por los matones que acaban de disparar sobre un antiguo amigo, en el interior de un edificio citadino, se arriesga a ir en su ayuda, o que con tenacidad excepcional de muchacho se aplica a pescar un sábalo de cien libras, o en otro puesto, sea inmovilizado en un aeropuerto por algo tan primitivo y aparentemente elemental como el miedo al viaje, no al avión, entiéndase bien, sino al viaje, a lo que éste conlleve en potencia como modelo edificador de su vida, un temor a lo desconocido que sin… conlleva en “Un lugar que conocimos” a adentrarse en una forma de vida que una parte suya desea como nada, pero no lo suficientemente. Una sensibilidad de vida que explica también sus indecisiones en otros campos de sus experiencias, ese no arriesgar, ese quedarse de este lado de lo que pudo ser en “No te vayas antes de decirte algo” o “Verde pálido”, ese reconocerse con el otro en el gozo profundo de un dolor idéntico en “Mantis”, y también … la… presencia de los muertos, a veces tan de este lado de la vida, tal vez porque como Durrel en el último volúmen de “El Cuarteto de Alejandría”: Sí. Los muertos están en todas partes. No se los puede eludir tan fácilmente. En cada uno de los rincones de nuestras vidas secretas sentimos la triste y ciega pasión de sus dedos desplomados, pidiendo que se les conceda un recuerdo
Unos relatos, pues, por fuera de los circuitos temáticos de las modas literarias de actualidad, del sensacionalismo que vende, de los escándalos, en una palabra, de la ambición amarillista. Narraciones estas de “Lomos de sábalo”, ancladas en los llamados universales del hombre, apreciación que vale también para su escritura, para su técnica y estilo. Al lector se le ahorraron las vacilaciones, torpezas y errores del aprendizaje, los lugares comunes, por ejemplo, de los que no se encuentra ni uno en este primer libro de Javier Saldarriaga, cosa que no se puede decir entre nosotros de toda publicación literaria incluyendo en esta apreciación, libros premiados. También en este aspecto, el autor miró lejos, en dirección a amplias corrientes narrativas decantadas en las obras de muchos autores durante décadas de oficio, ignorando las tentaciones de la copia indecente, de la chabacanería facilista (...)
nos importa reconocer que nos encontramos en este libro ante un estilo definido, ante un lenguaje de escritor que hace más que dominar con solvencia la opción por la que se ha decidido. Una escritura castigada lo que no equivale a decir pobre, o simplista, uncida sí a la aventura que cuenta y al lugar donde ello ocurre, sin espacios pobres sin regodeos sobrantes, y de tal manera que su precisión descriptiva se traduce en una percepción cabal del mundo nombrado que viene al mundo ante el lector como un cuerpo de las aguas o las sombras, pletórico de datos, sin que se lesionen la estabilidad y el orden que caracterizan esta prosa, sobriedad en la que se incuba por ello mismo resuena tanto en la metáfora.
Una prosa, en fin, que sabe también obtener tanto provecho expresivo de lo dicho como de lo omitido, de lo desplegado con minuciosidad como de lo apenas sugerido o francamente confiado a la sombra, donde merecen tanto las palabras que se dicen los personajes como lo que estos se retienen y recuerdan aquellas que prefieren
La leyenda de Samuel Lugano ha avanzado hacia nosotros desde la sombra de años donde estuvo elaborándose paciente y tercamente, para beneficio suyo, de los lectores y de nuestra literatura, que tiene en este libro una novedad (...) sólida.
Sobre "Lomos de sábalo y otros relatos" por Jairo Morales Henao, escritor.
LOMOS DE SÁBALO.
Por Esteban Carlos Mejía.
Diario «El espectador», Bogotá, Colombia.
6 de mayo de 2011
«“Acabo de leer un libro memorable”, dice. “Se llama Lomos de sábalo, de Javier Saldarriaga” (...) “Ganó el IV Premio Nacional de Cuento Universidad de Antioquia, 2008. Ciento catorce páginas y diez cuentos, todos alrededor de Samuel Lugano, un personaje de bordes imprecisos, algo extemporáneo, rudo y tierno a la vez”. (...) “No es ambiguo por impericia de su creador”, me explica. (...) “Es una creación genuina, hecha con destreza”».
«“Cada cuento narra una circunstancia vital de Lugano. El que da título al libro es una aventura de pesca, que recuerda las de Nick Adams en In our time, de Hemingway. Sombras en el pasillo, por su parte, es un tácito homenaje a The killers. Por un minuto nada más revive con entrañable sutileza los estragos del suicidio de su padre. En Verde pálido, el deseo se enmascara detrás de una charla literaria. Y todo dicho sin ser dicho, velado, insinuado para que el lector concluya la tarea a su manera y sin esfuerzo”»-
«y Javier Saldarriaga, con sus “sábalos”, le están dando una vuelta de tuerca a la literatura antioqueña”. (...) “Despreocupados de los tejemanejes del marketing literario, están haciendo su obra con talento y oficio, con pasión y método” (...) “Yo te digo: a mi juicio, Javier Saldarriaga entró ya a la galería de los mejores cuentistas colombianos contemporáneos (...) No me jodan la vida: el que es bonito es bonito.»
Sobre "Lomos de sábalo y otros relatos" por Esteban Carlos Mejía, escritor.
Javier Saldarriaga Cadavid.
Por José Guillermo Ánjel Rendó.
Diario «El colombiano», Medellín, Colombia.
17 de octubre de 2009
(...) por sus metáforas y las situaciones que usted relata, que se alejan de la pornomiseria tan propia (y reiterativa) de la literatura colombiana actual. O no de la literatura sino de la escritura con rabia que promocionan las grandes editoriales, interesadas en vender morbo-papel y pensamiento light. Pero allá ellas, que con razón (en los últimos años no han encontrado un gran escritor) cada vez se desacreditan más. Así que vuelvo a su libro, querido amigo, que habla de las situaciones de la clase media, de los pequeños impactos, del mar, de los peces, de las fincas, de los centros comerciales y los que se reúnen a conversar mientras suenan canciones y se recuerdan películas. Porque la vida corre con lo simple, con los amores y desamores, con gente que se mira y habla sin mentir.
La literatura cuenta lo que pudo haber pasado y se hace preguntas en torno a lo que sucede, superando así a la anécdota (propia de otros géneros de escritura, las crónicas, por ejemplo) e ingresando en el mundo de la filosofía o al menos en el de la reflexión profunda. Y donde suceden más posibilidades de acontecimientos y preguntas es en la clase media que, como no está metida en líos severos ni elabora esquizofrenias complejas, vive de manera más lenta y, por eso, tiene más espacios narrativos. En este punto, su literatura, Javier, tiene muchos aciertos. A usted le interesan la pesca, las vacaciones, las salidas en la noche, la convivencia con otras personas, los celulares, las estanterías, los trabajadores, los profesionales, los técnicos, los soñadores, los utopistas, los que preparan cocteles, etc.
¿Qué hacen las personas jóvenes cuando están fuera de casa? ¿Cómo se da el proceso de ingreso a la edad madura? ¿Cuáles son las aventuras cotidianas sin necesidad de disparos y abuso de drogas? ¿Qué debe saber un hombre para que su vida no sea una rutina? ¿Sigue existiendo la naturaleza como espacio para sentirse vivo? ¿Es el amor una certidumbre? A estas preguntas les tiene usted una respuesta escrita en una prosa que se desenvuelve sin palabrería. Va directo al punto y, a veces con cierta ironía, coloca al lector en una especie de película que lo narra situándolo en la clase media, esa a la que pertenecemos tantos y en la que somos negados literariamente. Quizás nos tienen miedo porque (prácticamente) nos auto-gobernamos y nos apegamos a un pasado con principios, algunos valores conservadores y la posibilidad de irnos sin ser notados.
Sobre "Lomos de sábalo y otros relatos" por José Guillermo Ánjel Rendó, escritor.